Cuando queremos sacar rendimiento a nuestro dinero y no sabemos cómo, acudimos a un profesional para que nos ayude. Este profesional es el gestor de inversiones, el cual nos dirá cómo mover nuestro dinero para ganar lo máximo posible.

Elegir a un buen gestor de inversiones no es una tarea fácil y se basa en muchos factores, entre los que sobresale la confianza. De hecho, vamos a poner nuestro dinero en sus manos, literalmente.

¿Dónde invierte sus ahorros?

Si un gestor va a invertir nuestros ahorros en un producto significa que es bueno y que él mismo invierte los suyos en el mismo.

No debe darnos vergüenza preguntarle si él tiene dinero invertido en el producto que nos está recomendando y elegir otro si su respuesta no nos gusta.

El dinero cuesta mucho ganarlo como para ponerlo en manos de alguien que elige productos en los que mete el nuestro sin pensar, pero no hace lo mismo con el suyo, síntoma de que no es confiable.

¿Qué equipo tiene?

Las horas de una persona son limitadas. A lo largo del día debe dedicar una parte a trabajar y otra a su vida personal, por lo que no hay que confiar en aquellos gestores que tienen una oficina y trabajan solos.

En el caso de que no tenga personal para ayudarle en tareas que no aportan valor, como las administrativas o la publicidad es mejor que busquemos a otro gestor.

Uno que sea bueno, en el que poder confiar, tendrá a su alrededor a un equipo de personas para que le ayuden y le dejen tiempo para lo que importa, que es buscar ideas de inversión para que sus clientes ganen dinero.

¿Tiene la formación adecuada?

Se puede llegar a ser un buen gestor de inversiones con muchos tipos de formación distinta, pero el nuestro debe tener conocimientos muy avanzados de contabilidad, pues esos conocimientos son los que evitarán que meta nuestros ahorros en empresas con una contabilidad demasiado creativa.

Es posible que él no tenga esta formación, pero en su equipo sí que debería haber una persona que sea muy buena en auditorías de cuentas.

La experiencia es muy importante

Debemos desconfiar de un gestor de inversiones muy joven, no porque lo sea, sino porque su corta edad significa que no tiene experiencia.

Para delegar en un gestor nos conviene que haya pasado por varias épocas, que conozca lo que es una crisis, qué hacer con el dinero en esos casos, que productos es mejor evitar, etc.

En casos de incertidumbre o contracción económica, la experiencia que da la edad y los años de trabajo pueden suponer la diferencia entre mantener nuestras inversiones o perder una buena parte de ellas.

Hay que preguntar sin parar

Antes de elegir a nuestro gestor de inversiones debemos preguntar sin parar, no quedarnos con ninguna duda y entender muy bien en qué tipo de productos va a invertir.

No debemos salir de la conversación con ningún interrogante y si nos surgen nuevos hay que volver a preguntar antes de dejar en sus manos nuestro dinero.

Si no entendemos bien qué tipos de inversiones hace, lo mejor es elegir otro, y lo mismo haremos si sus respuestas no nos dan confianza.

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