Este viernes se cumple un mes a fin de que Marta, la joven de Ibi que lleva en coma 8 meses por tomar un batido de proteínas al que era alérgica, salga del centro de salud privado en València donde es tratada.
La Conselleria de Sanidad aguardará hasta el último instante para decidir sobre el caso de la chavala de diecinueve años. A treinta y uno días de su posible traslado, la conselleria no desvela qué pasase con Marta y asegura que «cuando llegue el instante se va a decidir».
Hace mes y medio Sanidad confirmaba a este diario la prórroga de la estancia de Marta en el centro privado donde recibe un tratamiento neurorrehabilitador. La joven tenía hasta el diecinueve de abril para regresar a su centro de salud de referencia, el de Alcoy, donde la familia lamenta que no recibió un buen trato. Ahora tiene de tiempo hasta el diecinueve de junio.
A inicios de mes, Marta volvía a casa con un permiso de fin de semana autorizado por los profesionales que llevan el caso. Su madre, María Verdejo, aseguraba que los médicos le aseguran que «está en el camino».
Historia
El veintiocho de septiembre la vida de Marta y su vínculo más próximo dio un giro de ciento ochenta grados. La joven de diecinueve años, tras adiestrar en el gimnasio al que se había apuntado últimamente, probó un batido de proteínas que contenía pistacho, fruto seco al que es alérgica.
Pronto empezó a encontrarse mal y asistió al lado de una amiga a un hospital, donde le administraron Urbason y la mandaron a casa. Su madre, María, alertada por la situación, volvió a llevar a Marta al hospital, donde a los pocos minutos de llegar entró en parada cardiorrespiratoria.
«Cuando pasó a la consulta le explicó al médico lo que le pasaba, empezó a ponerse recia y a no poder respirar. A mí me dejaron fuera, Marta entró en parada cardiorrespiratoria, estuvo diez minutos así», explica su progenitora.
Fuera de riesgo, la joven fue trasladada al Centro de salud Virgen de los Lis de Alcoy, donde ingresó en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). María demanda que en el centro hospitalario desde un primer instante le afirmaron que su hija no viviría. «Hemos vivido un averno», narra.
La familia lamenta que Marta continuaba sedada todo el día y que no recibía los cuidados precisos. Este diario se ha puesto en contacto con la Conselleria de Sanidad, de la que depende el Centro de salud de Alcoy, y mantiene que la joven recibió la atención que se «le debía dar» y que le administraron «el tratamiento que requería».
Angustiados por la situación, los allegados de Marta empezaron a buscar soluciones externas para trasladarla a otro centro de salud tras estimar que en el centro de la capital de l’Alcoià «la vida de Marta carecía de sentido».
Los progenitores debieron lograr los poderes judiciales para poder decidir sobre Marta, ya que es mayor de edad. Con esto, y tras la aceptación del caso de Marta en un centro privado en València, el traslado de la joven se hizo efectivo en el mes de diciembre.
Tras la prórroga anunciada por Sanidad, la joven continuará en València hasta el diecinueve de junio si no hay novedad.
