El deterioro de la actividad económica en Francia y Alemania se está acentuando en el mes de agosto y los indicadores ya apuntan un retroceso del campo privado en el conjunto de la zona euro que nutre el miedo a una recesión en Europa.
El llamado Índice de Gerentes de Compras (PMI por su inicial en inglés) que realiza agencia S&P Global -cuya evolución es observada por gobiernos, empresas, analistas y bancos centrales- confirmó este martes que las economías de Alemania y Francia, los dos primordiales motores de la eurozona, registraron una contracción en el mes de agosto que refleja el deterioro de la confianza y la menor tendencia de los hogares al consumo en un contexto de elevadas presiones inflacionistas. Arrastrada por Alemania y por Francia, la actividad del ámbito privado del conjunto de la zona euro volvió a contraerse en el mes de agosto, conforme este indicador: «Los últimos datos del índice PMI para la zona euro sugieren que la economía se está contrayendo en el tercer trimestre del año», concluye Andrew Harker, directivo económico de S&P Global Market Intelligence, en el informe publicado este martes.
«Las presiones del costo de la vida han hecho desaparecer el repunte económico en el campo servicios observado tras el alzamiento de las limitaciones de la pandemia, al tiempo que el ámbito manufacturero prosiguió sumido en una contracción en el mes de agosto, registrando otra acumulación récord de existencias de productos terminados dado a que las firmas no han podido vender los productos en el ambiente actual de caída de la demanda», agrega el analista ya antes de concluir: «Este exceso de existencias sugiere que existen escasas probabilidades de mejoras para la producción manufacturera en un corto plazo».
La posibilidad de una recesión en la zona euro (desde un mínimo de dos trimestres sucesivos con tasas negativas en la alteración de su PIB) no es parte del escenario central del Banco Central Europeo mas es una hipótesis poco a poco más temida por el conjunto de los analistas.
Indicador adelantado
El Índice de Gerentes de Compras (‘Purchasing Mánagers Index’) de la zona euro se realiza desde encuestas remitidas a un panel representativo de directivos de más de cinco mil empresas pertenecientes a los campos manufacturero y de servicios de Alemania, Francia, Italia, España, Países Bajos, Austria, Irlanda y Grecia. El índice incorpora variables sobre nuevos pedidos, producción, contratación de trabajadores, plazos de entrega de los distribuidores, stocs en guardes, costes de los insumos y compras. Desde este coctel de datos, estos informes mensuales forman un indicador adelantado de la actividad económica, puesto que se publican ya antes de otros equiparables producidos por organismos gubernativos.
En España, en Europa y en el planeta hay mucha inseguridad sobre la evolución de la economía y por eso, el PMI, en la medida en que indicador adelantado, atrae la atención de los agentes económicos. Cuando el indicador PMI se ubica bajo cincuenta puntos, señala contracción de actividad.
En el mes de agosto, el índice PIM compuesto de Alemania bajó a cuarenta y siete con seis puntos (la peor lectura en veintiseis meses). En Francia, exactamente el mismo índice bajó a cuarenta y nueve con ocho enteros. Fuera de estos dos países, «la actividad total en el resto de los países de la zona euro prosiguió incrementando, si bien solo levemente», agrega el informe, que no aporta aun datos detallados sobre la economía de España y la de otros países de la UEM. Para el caso de España, las últimas estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) adelantan una contracción de la economía del cero con dos por ciento en el presente tercer trimestre del año.
En conjunto, el índice PMI compuesto de actividad total de la zona euro se situó en cuarenta y nueve con dos puntos (cuarenta y nueve con nueve en el mes de julio), registrando su nivel mínimo en los últimos dieciocho meses. «En estos instantes se observa un declive de la producción y la actividad en un extenso abanico de ámbitos, desde las firmas de materiales básicos y del campo automotriz, hasta las firmas del campo del turismo y de actividades inmobiliarias, conforme la debilidad económica prosigue generalizándose poco a poco más», asevera el directivo económico de S&P Global Market Intelligence. Sobre todo, en la zona euro cayó en el mes de agosto la actividad de la industria, donde la producción cayó por tercer mes sucesivo y a un ritmo intenso.
Malas y buenas noticias
La actividad económica se ve perjudicada por una demanda decreciente. El volumen de pedidos amontonados por los gestores de compras de las compañías en la zona euro «se redujo firmemente por segundo mes sucesivo», conforme el informe. Los nuevos pedidos cayeron tanto en la industrial como en los servicios y la acumulación de productos no vendidos es creciente. «Las existencias de productos terminados aumentaron en el mes de agosto al ritmo más intenso en más de 25 años de colección de datos, y el ritmo de acumulación marcó un nuevo récord por segundo mes sucesivo», se asevera.
Las fuertes presiones inflacionistas fueron el factor clave en la reducción de nuevos pedidos. Sin embargo, la primera buena nueva es que se advierte un menor encarecimiento de las materias primas, cuyos costes prosiguen medrando, mas al menor ritmo en un año. La segunda buena nueva que apunta el informe es que los gestores vislumbran que los inconvenientes en las cadenas de suministro globales prosiguen atenuándose: «Los plazos de entrega de los distribuidores prosiguieron alargándose intensamente, mas al ritmo menos marcado desde octubre de dos mil veinte«, se asevera.
La mala nueva, es que la pérdida de confianza (el sentimiento económico fue el segundo más bajo desde la ola inicial de la pandemia), la reducción de nuevos pedidos y el incremento de los estocs lleva a una menor contratación de trabajadores. La utilización volvió a acrecentar entre las compañías encuestadas, mas con un ritmo decreciente por tercer mes sucesivo.