Los supuestos miembros de una secta cristiana que ayunaron hasta fallecer en el bosque de Shakahola (sur de Kenia) para reunirse con Jesucristo han aumentado a doscientos cuarenta y uno una vez que las autoridades encontraran más cadáveres, notificó este jueves el ministro keniano del Interior, Kithure Kindiki.
De esos cuerpos, 5 son esqueletos recuperados tras reiniciarse esta semana las exhumaciones, suspendidas el pasado jueves.
«Los esqueletos son una parte de los restos humanos que van a ser objeto de exámenes ‘post mortem'», señaló el ministro a los cronistas en Shakahola.
Kindiki descubrió, además de esto, que una persona salvada del bosque y trasladada al centro de salud perdió la vida la pasada noche una vez que la víctima se negase por completo a comer.
«Hicimos todo lo que resulta posible para nutrir a la víctima de este terrible crimen con mucha resistencia, mas debido a que ya se había desgastado significativamente y su resistencia a comer, eso le hizo ceder», explicó el titular de Interior.
Hasta la data, precisó, noventa y uno personas (incluyendo una que murió en el centro de salud) han sido salvadas con vida y diecinueve víctimas ya se han reunido con sus familias.
Además, los equipos de rescate han recogido noventa y tres muestras de ADN y las fuerzas de seguridad han detenido a treinta y cuatro personas con relación a la llamada «matanza de Shakahola».
Kindiki descubrió asimismo que se han identificado más tumbas, mas se cavarán una vez que se complete la necropsia de ciento veintinueve cuerpos.
“Inmediatamente una vez que concluyan los exámenes ‘post mortem’, reanudaremos la exhumación de más cuerpos. No vamos a dejar a absolutamente nadie de nuestra gente en ese bosque, vivo o fallecido«, agregó el ministro.
Prácticamente todos los fallecidos de la «matanza de Shakahola» han sido exhumados de tumbas y fosas comunes halladas en ese bosque, excepto unos pocos que murieron en el centro de salud por su estado grave.
Las necropsias de más de cien cuerpos patentizaron que, aunque todos mostraban signos de inanición, los cadáveres de cuando menos 3 menores y un adulto tenían asimismo indicios de estrangulación y ahoga.
Las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a proseguir con el ayuno si bien quisiesen abandonarlo.
El día pasado diez, el tribunal de Shanzu, en la urbe ribereña de Mombasa, ordenó extender a lo largo de treinta días (empezando el recuento el pasado tres de mayo) la detención del líder de la secta que presuntamente convenció a las víctimas para ayunar, el pastor Paul Mackenzie Nthenge, así como su mujer y otros dieciseis sospechosos.
El pasado dos de mayo, Nthenge y los otros detenidos fueron puestos en libertad por el tribunal de la turística urbe ribereña de Malindi, una vez que la Fiscalía manifestara su pretensión de elaborar cargos de terrorismo contra ellos, algo para lo que esa corte se declaró inútil.
No obstante, el pastor y sus secuaces fueron detenidos minutos después y trasladados al tribunal de Shanzu, a unos ciento veinte quilómetros, donde la Policía pidió, sin éxito, autorización para tenerlos detenidos a lo largo de noventa días más.
El presidente de Kenia, William Ruto, solicitó el pasado catorce de mayo excusas representando a su Gobierno por no haber podido impedir las muertes.
Nthenge, bajo custodia policial desde el pasado catorce de abril, lidera la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas).
Extaxista, el pastor ya fue detenido el pasado marzo tras ser acusado de la muerte de dos pequeños en circunstancias afines, mas consiguió la libertad bajo fianza.