La psoriasis: más que una enfermedad cutánea
La psoriasis es una afección inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por un rápido crecimiento de las células cutáneas. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), se trata de una enfermedad de causa desconocida que afecta tanto a hombres como a mujeres de cualquier edad. Las lesiones más comunes son las placas rojas cubiertas por escamas, que suelen aparecer en codos, rodillas, zona lumbar y cuero cabelludo.
Tipos de psoriasis
Existen diferentes tipos de psoriasis, que se manifiestan de manera distinta en cada paciente, según señalan los dermatólogos. Algunas de estas categorías son:
- Psoriasis en placas: es la forma más común y se caracteriza por placas rojas cubiertas de escamas.
- Psoriasis en el cuero cabelludo: afecta principalmente el cuero cabelludo, extendiéndose en algunos casos hacia las orejas o el cuello.
- Psoriasis guttata o en gotas: es menos frecuente y se presenta en forma de pequeños puntos rojos escamosos por todo el cuerpo.
- Psoriasis pustulosa: aparecen pústulas de pus en las placas, aunque es poco común.
- Psoriasis invertida o de pliegues: suele manifestarse en axilas, ingles o debajo del pecho.
- Psoriasis eritrodérmica: es rara pero grave, ya que las escamas cubren casi todo el cuerpo.
La importancia del abordaje integral
La psoriasis no solo afecta la piel, sino que también está relacionada con otras comorbilidades que afectan las articulaciones, la salud mental y la salud cardiometabólica de los pacientes. Es por ello que el tratamiento integral de la psoriasis va más allá de las lesiones cutáneas, como afirma el Dr. Pablo De la Cueva, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Infanta Leonor de Madrid.
Además de las manifestaciones físicas, como el insomnio debido a la irritación y el prurito, la psoriasis puede estar asociada a trastornos psiquiátricos, enfermedad hepática grasa no alcohólica, riesgo cardiovascular e incluso síndrome metabólico, según explican los especialistas. También puede tener un impacto negativo en la calidad de vida y provocar sentimientos de vergüenza, frustración, depresión y ansiedad.
La importancia del diagnóstico precoz
Para controlar la psoriasis y sus comorbilidades, es fundamental realizar un diagnóstico precoz. Cuanto antes se diagnostique la enfermedad, antes se pueden tratar las lesiones cutáneas y prevenir el empeoramiento de la calidad de vida de los pacientes. Además, en casos graves de psoriasis, es necesario un abordaje integral para detectar y tratar cualquier comorbilidad asociada lo antes posible.
En resumen, la psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes. Su abordaje integral, que incluye tanto el tratamiento de las lesiones cutáneas como la atención a las comorbilidades asociadas, es fundamental para mejorar la salud y el bienestar de quienes la padecen.