Vivir en un planeta virtual deja de ser una utopia tecnológica. Ahora accedes a internet por medio de una pantalla, mas ¿y si pudieses conectar todo tu cuerpo? Eso es lo que pretende el Metaverso, un espacio llamado a derruir los muros de internet para convertir el futuro y en el que Fb y otros gigantes digitales están invirtiendo millones de dólares americanos.
A mediados de junio, Mark Zuckerberg, creador de Fb, comunicó a sus empleados que el futuro de la compañía se va a centrar en materializar ese sueño, mundos digitales interconectados donde los humanos van a poder interaccionar de forma simultánea y donde florecerá una economía de participación. «Puedes meditar en el Metaverso como un internet incorporado, donde en vez de ver el contenido vas a estar en él», ha explicado.
¿Qué es el Metaverso?
Como pasó ya antes con términos como la nube o bien el internet de las cosas, es bastante difícil delimitar algo que está en sus primeras fases de ‘construcción. Eso sucede con el Metaverso, un término nacido y mejor explicado por medio de la ciencia ficción. En la novela ‘Snow Crash’, de mil novecientos noventa y dos, el escritor Neal Stephenson lo imaginó como «mundos alternativos, donde los personajes accedían para evadirse de las durezas de la realidad».
Hoy día, los avances en tecnología han tolerado comenzar a edificar unas partes de esa idea. La llegada de la pandemia del coronavirus ha acentuado el salto a la digitalización y ha popularizado experiencias —como las video llamadas, las criptomonedas o bien los juegos para videoconsolas que dejan crear nuevos mundos— que dan pistas de la próxima evolución de internet. Un espacio en el que convergirán la realidad física, la virtual y la aumentada y donde, con el empleo de lentes virtuales, el usuario se sumergirá en un cosmos paralelo en 3 dimensiones. No va a ser la creación de una sola compañía, sino más bien un espacio que, prometen, implicará y revolucionará a toda la industria.
La novela distópica de dos mil once ‘Ready Player One’ —de Ernest Cline y amoldada al cine por Steven Spielberg— ha traducido mejor que ninguna la dificultad de ese término con la historia de Wade Owens, un pequeño huérfano que, merced a lentes de realidad virtual y sensores conectados a su cuerpo, se conecta a un planeta virtual de competiciones multijugador donde se convierte en Parzival, su alter ego.
Juegos para videoconsolas de un nuevo planeta
Esta fantasía está poco a poco más cerca de la realidad. Desde hace unos años, especialistas tecnológicos han estudiado el desarrollo de un planeta virtual en el que puedes ser otra persona y vivir una vida paralela sin las restricciones de la realidad analógica. El popular juego ‘The Sims‘ dejó al usuario crearse un avatar digital para simular una vida paralela y poco después lo hizo ‘Second Life’, un cosmos de rol lanzado en dos mil tres que llegó a reunir a un millón de jugadores.
No obstante, un punto de cambio clave ha sido la integración del comercio ‘online’ a populares juegos como ‘World of Warcraft’, ‘Final Fantasy XI’, ‘Minecraft’ o bien ‘Fortnite’. En esos mundos el usuario puede invertir dinero en adquirir armamento, mudar su peinado o bien progresar las habilidades de sus personajes para vencer a sus contrincantes y conseguir beneficios económicos.
Sucede lo mismo en Roblox, una plataforma donde se desarrollan juegos para videoconsolas ‘online’ cuya popularidad se ha disparado singularmente entre menores de veinticinco años a causa de la pandemia y que ejemplariza la dirección en la que va el Metaverso. Esos mundos son tan reales como el físico, puesto que ahí se generan relaciones sociales entre amigos, transacciones financieras e inclusive bodas virtuales, como hizo una pareja en ‘Animal Crossing’. Como con nuestra interacción con internet, la línea entre las dos realidades se diluye.
Apuesta de las tecnológicas
La introducción de incentivos económicos en lo virtual ha abierto la puerta a nuevas ocasiones para la vertebración del Metaverso. Los gigantes de la industria han visto en ello una ocasión y están destinando grandes sumas en apresurar la construcción de ese espacio para experiencias sociales. Sony, por servirnos de un ejemplo, anunció en el mes de abril que invertía doscientos millones de dólares estadounidenses en Epic Games, autora de Fortnite, para progresar la interacción digital entre sus usuarios. Su director, Tim Sweeney, propugna desde hace unos meses que el Metaverso sea algo cooperativo y descentralizado.
Fb asimismo centra sus sacrificios en liderar esa nueva evolución del planeta digital. «Su negocio promocional puede nutrir la máquina de guerra en un camino cara el Metaverso que puede ir de 3 a 7 años», ha apuntado el analista Eric Seufert. De ahí que que en dos mil catorce la red social adquirió la compañía de realidad virtual Oculus por dos mil millones de dólares americanos y un año después estudió la adquisición de Unity, una famosa plataforma de desarrollo de juegos para videoconsolas. Al lado de la firma EssilorLuxottica, ya preparan unas lentes Ray-Ban inteligentes para acceder a ese nuevo internet.
Interconexión cooperativa
2 de las claves del Metaverso son su accesibilidad y su «interoperabilidad sin precedentes», como ha definido el inversor en capital peligro Matthew Ball, autor de uno de los ensayos de referencia sobre esta materia. El primer punto quiere decir que el Metaverso jamás va a dejar de estar activo y se va a poder navegar en él desde cualquier dispositivo o bien sistema operativo.
El segundo, que los usuarios van a poder saltar de una web a otra sin precisar mudar de cuenta. Tu réplica digital va a poder participar en un juego para videoconsolas, charlar con personas de todo el planeta, hacer dinero trabajando o bien visitar una tienda ‘online’ para adquirir cosas, cobijando de este modo todo género de negocios. Ese puente de conexión sería entre diferentes plataformas privadas con diferentes intereses, lo que puede complicar su realización.
El Metaverso busca ser un espacio poliédrico en el que pueden ocurrir miles y miles de cosas diferentes al unísono. Esta diversidad se comienza a ver en el planeta del ocio. Ahí, Fortnite ha actuado como vanguardista, utilizando su planeta para actos históricos como la proyección de películas o bien conciertos en riguroso directo. En el mes de abril del dos mil veinte, sus usuarios pudieron abonar para poder ver actuar una gigantesca réplica digital del rapero Travis Scott. Hasta veintisiete con siete millones de personas en el mundo entero participaron en un baile virtual colectivo que va a crear tendencia. Otras grandes estrellas asimismo lo han hecho. Es el caso de Lil Nas X, en la plataforma Roblox —que en el mes de julio cerró un pacto con Sony— y de Ariana Grande, asimismo en Fortnite.
Eclosión de una nueva economía
Como han adelantado los juegos, en ese ecosistema el dinero no es una divisa, sino más bien un criptoactivo (o bien token), monedas virtuales como Bitcóin o bien Ethereum. El código abierto va a ser un pilar clave del Metaverso, puesto que dejará a los usuarios crear cosas nuevas, tenerlas y darles un valor real. Es lo que dejan plataformas virtuales descentralizadas como Upland o bien Decentraland —que tiene en MANA su criptomoneda—, donde ya hay usuarios como la firma inmobiliaria digital Republic Realm que han invertido más de novecientos dólares estadounidenses en adquirir parcelas de terreno virtual para edificar edificios. La casa de subastas Sotheby’s ha hecho lo mismo para crear muSeos y galerías de arte digital.
La meta de ese emergente ecosistema es que los activos digitales que tenga el usuario puedan trasladarse sin inconveniente de una a otra plataforma. Eso va a ser posible merced a los tokens no fungibles (NFT), una tecnología que deja garantizar la propiedad de un objeto digital único. Si el usuario paga por conseguir una parcela de tierra virtual en ‘Somnium Space’, una nueva armadura en Fortnite o bien ‘axies’, una suerte de Pokémon del juego para videoconsolas ‘Axie Infinity’, ese sistema garantizará su propiedad. En los 3 casos citados, el objeto adquirido es único y escaso, lo que deja relanzar su valor.
La creación en catarata de nuevos mundos como estos son una ocasión económica para los usuarios que procuran conseguir beneficios. De esta forma, van a pasar más tiempo en los juegos por el hecho de que sus logros se van a poder traducir en dinero. La eclosión de una nueva economía virtual es la aspiración más ambiciosa del Metaverso, un reclamo asimismo para marcas que desean ocupar esos espacios ya antes que absolutamente nadie. Es el caso de Gucci, que ha creado un espacio para promocionar sus productos en Roblox.
La economía construida con NFT en ese ecosistema mueve ya ventas superiores a los noventa y seis millones de dólares americanos. Y es que, en el camino cara el Metaverso asimismo pueden haber múltiples burbujas especulativas. Hay quien decide levantar una tienda de chuches a la vera de una escuela y quien adquiere pisos en distritos humildes para reventar su costo cuando llegue la elitización y los transforme en el lugar de tendencia. Lo mismo comienza a acontecer en el ambiente virtual.
No obstante, no pocos son los especialistas que se muestran incrédulos con el impacto real que pueda tener esa idea y que apuntan el alto volumen de intereses corporativos que se ocultan tras su promoción como algo revolucionario.