El movimiento nervioso: un indicador de ansiedad

Muchas personas han adoptado el hábito de mover constantemente una pierna o botarla, como lo llaman, de manera nerviosa. Este comportamiento se ha vuelto cada vez más común y aceptado. Pero, ¿por qué ocurre esto?

La causa fundamental: la ansiedad

Expertos en psicología como la psicóloga Elena I. Daprá, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COPM), y Ana Isabel Abad, psicóloga en Capital Psicólogos, afirman que este movimiento constante se debe a la ansiedad. Este comportamiento es una señal del cuerpo que indica que algo no está bien.

Dentro de las manifestaciones de la ansiedad, podemos encontrar la sensación de peligro inminente, aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, sudoración, temblores, sensación de debilidad o cansancio, y tensión muscular. Este último puede manifestarse a través de movimientos automáticos y constantes de las extremidades con el objetivo de tranquilizarnos, explican las expertas.

Es importante destacar que este alivio es solo temporal, ya que a largo plazo no es una solución para tratar la ansiedad. Además, este movimiento puede generar más nerviosismo, tanto en la persona que lo experimenta como en quienes lo rodean.

¿Cuándo se convierte en un tic?

El movimiento nervioso de las extremidades también puede manifestarse a través de otros comportamientos, como morderse las uñas, tocarse el pelo o morder el tapón de un bolígrafo. Sin embargo, estas acciones solo se consideran tics si se vuelven habituales e incontrolables. En estos casos, es necesario buscar ayuda de un experto para evitar que empeoren o para descartar el síndrome de las piernas inquietas.

Diferencia entre estrés y ansiedad

Aunque estos movimientos pueden ser resultado de una situación de estrés, existen diferencias claras entre el estrés y la ansiedad. El estrés tiene un origen identificable y se desencadena por factores externos, generando preocupación, irritabilidad, tristeza y frustración. En cambio, la ansiedad surge ante una anticipación de algo que pueda suceder, real o imaginario, a través de pensamientos irracionales o catastróficos. La ansiedad tiene un origen más interno y está relacionada con procesos mentales.

¿Cómo evitar el movimiento nervioso?

Más que detener el movimiento, es importante prestar atención a lo que este comportamiento nos quiere decir. Enfrentar las situaciones que nos generan nerviosismo es fundamental. La terapia cognitivo-conductual es recomendada como el mejor tratamiento para casos de ansiedad. Este enfoque psicológico ayuda a tomar conciencia de nuestros pensamientos negativos y a ser más resolutivos en situaciones estresantes.

En resumen, el movimiento nervioso constante de las extremidades es una señal de ansiedad. Aunque proporciona un alivio momentáneo, no es una solución a largo plazo. Es importante buscar ayuda profesional para tratar la ansiedad de manera adecuada y evitar que los movimientos se conviertan en tics.

La ansiedad es un trastorno común en la sociedad actual, debido a un estilo de vida marcado por el estrés y la inmediatez. Según cifras del Ministerio de Sanidad, más de 3 millones de españoles están diagnosticados con ansiedad, pero se estima que la cifra real es aún mayor.

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